6 de febrero de 2014

No te creas que te vas a olvidar de dónde estás

A une visitante un poco observadore, en este país le debe de dar la impresión de que existe un temor hacia que te olvides de dónde estás. Y es que aquí  (y en Suecia y en Noruega lo mismo de lo mismo) es imposible pasar una hora sin que alguien o algo haga referencia a la nación, la nacionalidad, el país, la región, el idioma o similares. 

Casi me atrevería a decir que es imposible salir aquí a la calle sin encontrarte con algo que incluya las sílabas DAN-, SKAN- o NORD- (es decir, el inicio en danés de las palabras Dinamarca/(idioma) danés/danese y Escandinavia/escandinave y nórdique/norte), que sea rojo y blanco (como la bandera) o que directamente tenga una bandera. Desde luego que es imposible abrir una página de un periódico o una revista sin tropezarte con una mención nacionalista innecesaria o un logo de una empresa que casualmente se llama DAN-lo-que-sea. Y en la televisión no digamos. En cuanto a las conversaciones de cada día, tampoco me parece muy probable que te den más de un ratito para recordarte dónde estás.

Helle Thorning-Schmidt en Fælledparken
recordándonos que estamos en Dinamarca
El asunto es que la mayor parte del tiempo no es consciente, con lo que tampoco es algo que puedas mencionar y esperar una compresión por parte de tu contertulie, y menos todavía que deje de suceder. Aquí para hablar no se dice personas o habitantes o el país. Aquí se dice daneses y Dinamarca. Y punto.

Para ejemplo valga este experimiento que llevé a cabo hace un par de años escuchando a Helle Thorning-Schmidt (la Primera Ministra) leer su discurso del día 1 de mayo en Fælledparken. En 8 minutos nombró Dinamarca, danés, danesa, daneses y danesidad nada menos que 117 veces. Pero lo peor es que no es un caso extremo. Si te vas a personas, partidos u organizaciones más radicales en cuanto a su nacionalismo y su xenofobia-islamofobia-racismo, este uso deja de ser inconsciente. Es sin duda una repetición casi diría que performativa (en el sentido butleriano) para (re-)crear la nación y su danesidad.

Por lo tanto, he decidido que voy a publicar en este blog también fotos de lo que yo vivo cada día como un nacionalismo exacerbado y nauseabundo que insiste en crear un nosotres y elles por medio del lenguaje, las imágenes, los símbolos.


votar





5 comentarios:

  1. Me creo lo que dices... Cada vez que veo una película escandinava, me llama la atención la cantidad de alusiones que se hacen a la bandera, la nacionalidad, etc. En la última que vi, había una escena "inocente" de un cumpleaños. De repente, sacan la tarta con velas y... ¡banderas de Dinamarca! :-O No me lo podía creer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se puede juzgar eso desde la perspectiva española.
      En Dinamarca la bandera se asocia algo festivo, también la usan para decorar árboles de Navidad y hay papel para envolver regalos con dannebrogs.

      Eliminar
  2. Me creo lo que dices... ¿Pero que tiene de malo? En su cultura y forma de vida hacen hincapié en el sentimiento de nación y afecto a sus raíces. En principio no veo maldad en esto. El asunto se vuelve serio y peligroso cuando toma cariz de racismo y en nombre de una bandera se cometen atrocidades e injusticias. Posiblemente saldrá a la luz que experiencias pasadas empezaron así y luego derivaron en tragedia mundial...Pero yo apuesto a que se aprendió del pasado y esas cosas no volverán a suceder.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuánta ingenuidad. Nunca se aprende del pasado. La historia es siempre cíclica.

      Eliminar
  3. ¿Por qué estás en un lugar en donde no te gusta que te recuerden en donde estás?

    ResponderEliminar

Otras entradas similares