24 de febrero de 2014

McDonald's a la danesa

La necesidad de promoverse como algo danese aquí afecta hasta a una de las multinacionales más uniformes del mundo: McDonald's. Sus anuncios aquí no promueven que la comida sepa bien, que sea sana, que sea barata o cualquier otro de los reclamos que utilizan en otros países. Aquí saben que si quieren vender, necesitan promoverse con lo que importa de verdad: la danesidad. Así la ciudad está empapelada de McDonald's a la danesa. Es decir, McDonald's que venden porque sus huevos son daneses




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19 de febrero de 2014

Pepinos nacionalistas

Pocas cosas comestibles crecen en este país. La mayor parte de las frutas y verduras que se consumen son importadas del sur de Europa, de África, Latinoamérica y Asia. Por lo general no está muy detallado el lugar de origen. A no ser, por supuesto, que el producto sea danés. Entonces no cabe duda. Estos pepinos nacionalistas aparentemente son mejores, y por ello más caros, que los no abanderados de las cajas un metro más allá. 





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13 de febrero de 2014

¿Pastel de cumpleaños, alguien?

Paso una tarde de cumpleaños en una casa danesa. Gente que conozco. Una familia no especialmente nacionalista ni conservadora. De hecho entre les invitades somos varies no nacides en Dinamarca. Llega el pastel. ¿Alguien quiere? Sí, pastel abanderado, cómo no. A mí se me quitan las ganas. Pero a les demás no. Están acostumbrades. Les parece bonito, tradición, normal.





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6 de febrero de 2014

Una calle casi cualquiera

Para ilustrar el tema del que hablo en esta entrada anterior, voy a empezar poniendo una serie de fotos de una calle cualquiera. O casi. Esta calle hace ya más de 10 años me llevó a realizar esta reflexión sobre la obsesión escandinava con recordarte el lugar en el que estás. Se llama Amagerbrogade, y es una calle de Copenhague, en la isla Amager. La calle más grande de ese barrio. El trozo que voy a mostrar es un ejemplo que parece extremo, pero en realidad no se trata de una calle nacionalista ni un lugar que les daneses asocien con extremismo. De hecho, cada vez que he contado esta historia, nadie ha sabido a qué lugar exacto de la calle me refería. 


Las fotos como tal vez se puede ver las he sacado de Google Maps. Podéis ir vosotres mismes y comprobar que lo que digo es cierto.

El trozo en concreto que voy a mostrar es Amagerbrogade 73 a 95 y solo una acera. Es de lo más ilustrativo.



Pues bien, como ya podéis ver en la imagen de la acera que he puesto arriba, ya se pueden ver las banderas y DAN-algo.



Lo primero, una tienda de cocinas decorada con banderas.


Justo al lado, una tienda de cambio que se llama DAN EXCHANGE. Por si acaso desde el paso por las banderas de al lado ya se te había olvidado.


Otra vez, la tienda que está justo al lado también tiene banderas. En este caso es una ferretería. Aquí también han llenado todas las ventanas con pegatinas de banderas. La justificación: aparentemente la tienda tiene cumpleaños y ya se sabe que un cumpleaños danés sin una bandera danesa no es un verdadero cumpleaños.


Y después del portal, una tienda de ropa que se llama DANSK, es decir, DANÉS. Con los colores, las banderas, y toda la parafernalia, faltaría más.


Dos tiendas más allá nos encontramos con una sucursal de la funeraria más grande, que se llama, de forma muy original, Begravelse Danmark. O sea, Entierro Dinamarca.


Por suerte esta vez la tienda de al lado, RØDE KORS DANMARK, o sea, CRUZ ROJA DINAMARCA, ha evitado poner el nombre. Pero cualquiere danese ve el nombre sin tener que leerlo con ver el símbolo en una tienda de cosas de segunda mano. 

Justo a continuación una de esas tiendas que no lo pone en el nombre pero que utiliza los colores rojo y blanco. En este caso también es de ropa.


Un poco más allá otra tienda, esta vez de electrodomésticos. Y sorpresa sorpresa, un par de banderas para recibirnos. Y fijaos en los colores del logo...


Se acaba la manzana, pero no hay que temer, porque la siguente empieza igual, con una empresa de seguros que se llama, también muy originalmente, TopDanmark (TopDinamarca), y en la segunda manzana empieza con un banco privado que se llama Danske Bank (Banco Danés).




Este es el fondo en el que se pintan las vidas de les daneses cada día. Y luego alguien todavía se sorprenderá de la insistencia en definirse como nación.


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No te creas que te vas a olvidar de dónde estás

A une visitante un poco observadore, en este país le debe de dar la impresión de que existe un temor hacia que te olvides de dónde estás. Y es que aquí  (y en Suecia y en Noruega lo mismo de lo mismo) es imposible pasar una hora sin que alguien o algo haga referencia a la nación, la nacionalidad, el país, la región, el idioma o similares. 

Casi me atrevería a decir que es imposible salir aquí a la calle sin encontrarte con algo que incluya las sílabas DAN-, SKAN- o NORD- (es decir, el inicio en danés de las palabras Dinamarca/(idioma) danés/danese y Escandinavia/escandinave y nórdique/norte), que sea rojo y blanco (como la bandera) o que directamente tenga una bandera. Desde luego que es imposible abrir una página de un periódico o una revista sin tropezarte con una mención nacionalista innecesaria o un logo de una empresa que casualmente se llama DAN-lo-que-sea. Y en la televisión no digamos. En cuanto a las conversaciones de cada día, tampoco me parece muy probable que te den más de un ratito para recordarte dónde estás.

Helle Thorning-Schmidt en Fælledparken
recordándonos que estamos en Dinamarca
El asunto es que la mayor parte del tiempo no es consciente, con lo que tampoco es algo que puedas mencionar y esperar una compresión por parte de tu contertulie, y menos todavía que deje de suceder. Aquí para hablar no se dice personas o habitantes o el país. Aquí se dice daneses y Dinamarca. Y punto.

Para ejemplo valga este experimiento que llevé a cabo hace un par de años escuchando a Helle Thorning-Schmidt (la Primera Ministra) leer su discurso del día 1 de mayo en Fælledparken. En 8 minutos nombró Dinamarca, danés, danesa, daneses y danesidad nada menos que 117 veces. Pero lo peor es que no es un caso extremo. Si te vas a personas, partidos u organizaciones más radicales en cuanto a su nacionalismo y su xenofobia-islamofobia-racismo, este uso deja de ser inconsciente. Es sin duda una repetición casi diría que performativa (en el sentido butleriano) para (re-)crear la nación y su danesidad.

Por lo tanto, he decidido que voy a publicar en este blog también fotos de lo que yo vivo cada día como un nacionalismo exacerbado y nauseabundo que insiste en crear un nosotres y elles por medio del lenguaje, las imágenes, los símbolos.


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