15 de agosto de 2014

Control casual

Curioso como ese llamado control casual siempre por casualidad cae en mí como la única persona en la fila esperando a pasar por el control de seguridad. Curioso como haciendo la estadística, de cada 30 veces que cruzo, 28 me toca a mí y solo a mí que me cacheen, revisen mi mochila, me metan mano hasta dentro de la ropa interior y me hagan quitar los zapatos y a veces hasta los calcetines. Curioso como cuando, por comprobar si existe tanta casualidad, dejo a la persona detrás de mí pasar aunque es mi turno y ello resulta en que esa persona pita en el detector de metales pero no es revisada pero yo justo después también pito y a mí sí que me toca pasar varias veces y casi desnudarme. Curioso como cada vez que me corto el pelo y mi estilo punk se hace más visible no solo me toca cacheo, también me toca que me humillen con comentarios sexistas y racistas, además de la mano controladora hasta en la entrepierna.


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5 de junio de 2014

Por si no había suficientes banderas

Por si no había suficientes banderas en el día a día, ahora me la tengo que encontrar hasta al abrir Google. Y yo que me había quedado en casa hoy 5 de junio para no tener que soportar el nacionalismo a patadas en este día en el que - en teoría - celebran su constitución pero que - en la práctica - es una exaltación de todo lo nacional y entendido como danés. Veo que voy a tener que apagar también el ordenador. 


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16 de marzo de 2014

Persistencia de lactasa y racismo

Aquí en Escandinavia, y particularmente en Dinamarca, se cree que eso de ser capaz de digerir lactosa es una característica de la raza superior, es decir, de les realmente blanques. Vamos, de ellesCuanto más al norte, no me dejan de repetir, más personas con la mutación que supone en su opinión un avance evolutivo para conservar la lactasa (la enzima que procesa la lactosa) en la edad no lactante y digerir por tanto todos esos productos creados con las leches de otres animales que ele humane.

Este mapa (o uno similar) se encuentra por todas partes, desde entre les médiques daneses (no solo en las consultas, sino por ejemplo en su revista Læger -Médiques- y en publicaciones como Sundhedslex -Enciclopedia Médica-) hasta en la Asociación de Intolerates a la Lactosa (ADILAC) del Estado español, además de en Wikipedia y miles de artículos y revistas online especializadas en temas que van desde medicina hasta antropología, y en todos los idiomas que puedo entender. El mapa muestra la supuesta distribución de la intolerancia a la lactosa en el porcentaje de la población total. Aunque las áreas son demasiado grandes para mostrar diferencias regionales, nos hacemos una idea. Son les blanques les que digieren la lactosa. Son les occidentales y sus descendientes. Son les europees del noroeste y sus ex colonias "blancas". Por tanto, cuanto menos blanque se es, menos se es capaz de digerir lactosa.


Sin embargo, como siempre ante estos discursos biologicistas que promueven un determinado entendimiento del mundo que casualmente sitúa a les blanques en un vértice (y en este caso para no variar por supuesto en su opinión no en el peor), hay que tener mucho cuidado. 

Este mapa tiene tantos problemas que no sé ni por dónde cogerlo. 

Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda son imaginados como países con poblaciones completamente blancas. Curioso pues el porcentaje de bebedores de leche si lo comparamos con el de las zonas de las que provienen muches de les habitantes de estas naciones imaginadas como blancas. Aparentemente les africanes, latinoamericanes y asiátiques (por no hablar de los pueblos nativos de Norteamérica) que habitan en Estados Unidos han adquirido la capacidad de digerir la lactosa por arte de magia... o más bien por arte de exclusión estadística y racismo institucionalizado. Si en 2010 había solo un 72,4% de población estadounidense considerada como blanca en el censo, y si en esa cifra se incluía también a les hispanes blanques, ¿cómo nos explicamos el porcentaje de digestión de la lactosa en EE.UU. que muestra el mapa? El mismo análisis crítico cabe con Australia y Nueva Zelanda, donde los porcentajes de personas con origen en Asia, Oceanía y otras regiones son obviamente olvidados y solo se recuerda la descendencia de origen europeo blanco. 

Lo opuesto pero en realidad siguiendo el mismo mecanismo se ve en la representación de países que se imaginan como periféricos a la existencia de les blanques, y por tanto como completamente no blancos. Aparentemente según el mapa la distribución de personas no blancas es prácticamente uniforme al sur del Ecuador. Por ello, un país como Zimbabue donde la población no africana es inferior al 0,3% según su censo, contiene el mismo nivel de personas intolerantes a la lactosa como un país como Sudáfrica, donde el porcentaje de población definida como blanca (un 9%) aparentemente ha perdido su capacidad de digerir la lactosa. Por ello también, cuanto más al sur de Estados Unidos y más lejos de Europa, y también menos occidental, aparentemente menos blanque se es. Es para quedarse con la boca abierta ver que países como Argentina, donde el porcentaje de personas procedentes de etnias europeas entendidas como blancas supone nada menos que un 80%, figuran en el mapa como regiones donde la población no puede apenas digerir lactosa. Obviamente eses antigües europees deben haber perdido casi por completo su capacidad de digerir leche al cruzar el Atlántico hacia el sur y no hacia el norte. Me pregunto yo qué creen les que han diseñado este mapa que hacen con todas esas vacas en el Cono Sur...

Más de lo mismo se puede ver en lo que sucede con la representación de las poblaciones árticas. Allí donde se cree que hay blanques de les buenes (el  norte de Canadá y Alasca junto a la mayor parte de Rusia,), la leche acompaña. Rusia es además un caso singular, ya que a pesar de tener 160 grupos étnicos, sigue siendo visto como un país de los nuestros, porque ya sabemos que les ruses son rubies, y les rubies son blanques, y les blanques digieren leche...

Si volvemos ahora la vista a esa Europa resplandeciente blanca, esa que está en el norte, aparentemente aquí sucede que les habitantes procedentes de otras regiones han adquirido esa capacidad de consumir lácteos por el mero hecho de mudarse a la supuesta cuna de la lactasa. O al menos no puedo encontrar otra forma de explicar que ninguna de esas regiones del norte tenga un porcentaje de población cuya etnia con origen en esa región sea tan elevado como el número mencionado para personas que pueden digerir la lactosa. A esto volveré más abajo.

Casi más escandalosa me resulta la manipulación que existe en la interpretación del simple hecho de ser capaz de digerir lactosa y por tanto la distribución de zonas donde la persistencia de la lactasa existe y su representación en los mapas. El cuento oficial, médico, científico, comercial y demás es el mismo. Les noreuropees tienen la mutación, desde elles se ha extendido a otres pueblos. Pero, ¿es esto cierto? No.

Existen varias mutaciones diferentes entre les humanes que nos han permitido digerir la lactosa. La mutación europea no es la única. Ni siquiera es la única explicación. También hay mutaciones que hacen lo contrario, que no permanezca la lactasa en la edad adulta.

Y es que no solo les europees han aprendido a consumir productos lácteos en cantidades ingentes a lo largo de la historia. Cualquiera con un mínimo de conocimiento del mundo ha oído hablar de pueblos como les masáis, que viven históricamente del ganado y su leche, o ha probado a degustar algun plato de la India entre cuyos ingredientes sin duda había algún producto lácteo. Es una mentira que la lactosa no se pueda digerir si no se es blanque y rubite.

De hecho, los estudios menos sesgados por el racismo muestran que existen focos en la humanidad que han desarrollado algún tipo de capacidad para consumir lácteos de forma independiente, y su distribución se corresponde con la distribución de la domesticación y producción de ganado especialmente bovino, pero no únicamente. Así, pueblos como les tuaregs, que históricamente viven con ganado caprino y camélido, les beduines de la península Arábica que conviven con ganado camélido, les mongoles de las estepas, cuya dieta incluye lácteos equinos, o una gran parte de la población del este de África y del subcontinente indio, son capaces por lo general de digerir la lactosa, por mucho que en este mapa y sus similares figuren con colores y porcentajes irrisorios. 

Ahora retornemos a Europa del Norte. Es para mostrarse incrédule de todo lo que sigue cuando une escucha día sí y día también que el origen de la persistencia de la lactasa está aquí y que por eso aquí es donde hay un mayor porcentaje de población que no es intolerante a la lactosa. Cómico si se tiene un conocimiento básico de la historia europea y global. La domesticación del ganado sin duda no se inició en esta región del mundo y llegó aquí mucho después. De hecho, los estudios genéticos muestran que la mutación predominante que permite digerir lácteos en el norte de Europa se originó en Europa Central y desde allí se expandió a otras regiones y pueblos, incluyendo turques, mongoles, ibériques y también más tarde escandinaves. 

La mayor parte de los estudios mencionados en este país muestran que el porcentaje de daneses incapaces de digerir lactosa se sitúa en torno al 3-4%, y algo similar sucede con les sueques del sur y les noruegues del sur. Sorprendente resulta esta estadística si otra vez la confrontamos con el número de personas de etnia mayoritaria danesa. Si en 2012 había un 10,6% de personas de otras etnias y de entre ellas un 66% eran no occidentales, no me cabe otra que concluir lo que decía más arriba: mudarse a Dinamarca te hace más blanque, es decir, te da la capacidad de digerir leche.

O eso es lo que parece estadísticamente. Porque la práctica, sin duda, es bien distinta, como vengo explicando en este blog. 

Leche danesa
Uno de los elementos de coexión nacional promovidos con mayor ferocidad en este país es la uniformidad culinaria. La dieta entendida como danesa tradicional es una forma agresiva de construir la nación. Todes aquí comemos lo mismo, luego todes somos daneses. El cerdo, las patatas, el pan de centeno y los lácteos son uno de los pilares de la danesidad. Por tanto, no se puede entender que haya personas de etnia mayoritaria danesa que no sean capaces de consumir esos productos que definen su etnia. De ahí esos datos del 3-4% que no se corresponden con la cantidad de gente que yo encuentro que dice no tener lactasa ni con los datos comparados con la cantidad de población de otras etnias. De ahí también esa idea de que es parte de la blancura el ser capaz de consumir leche. La leche es blanca... y es mejor para les blanques. Aparentemente. Y por tanto, de ahí también que si no eres de etnia mayoritaria, no eres igual de blanque, y por tanto tampoco igual de capaz de consumir comida de verdad. Es decir, básicamente, cerdo y lácteos.

No poder digerir la lactosa no es una enfermedad, igual que tampoco lo es tener persistencia de lactasa en la edad adulta. Pero en este mundo en el que la medicina occidental está hecha mayoritariamente por blanques, la norma es blanca, y lo que no se entiende como blanco, aunque sea de forma erróneaes patologizado. Y en Dinamarca, qué duda cabe, lo que no es entendido como danese, es inferior. No es una diferencia, es una desventaja, un problema. Algo que te hace menos capaz. Así que para empezar se nombra lo diferente, aunque sea mayoritario, como lo otro, y se transforma en un constante discurso sobre intolerancia a la lactosa en lugar de otro sobre persistencia de la lactasa.

Ahora voy a darle a este artículo un carácter más personal.

Todes mis antecesores conocides, y por tanto mis genes, provienen que yo sepa del norte del Estado español, de un lugar en la frontera entre Galicia y Asturias. Un lugar que cualquier ciudadane españole sabe que produce y consume históricamente un gran porcentaje de productos lácteos. Pero claro, como ciudadane danese esto no se sabe, por mucho que estén de moda las tapas con queso manchego.

Teniendo origen en ese lugar, el índice de probabilidad de carecer de la mutación que permite la persistencia a la lactasa es mínimo, inferior al 10%, y de hecho, uno de los más bajos del mundo. Comparable, sin duda, al de Escandinavia.

No obstante, resulta que yo soy una de esas personas que no es capaz de digerir lactosa. El motivo sin embargo no es seguro. Pero claro, médique sí y médique también ya tienen hechas sus conclusiones y solo tienen un comentario: es mi genética, mi raza, es porque soy españole. "Cuanto más cerca del Sáhara más intolerancia a la lactosa", me repiten. Cuando les respondo que no es cierto, que en el Estado español también se consumen lácteos, que nadie en mi familia tiene intolerancia a la lactosa, que genéticamente provengo de una región con niveles comparables a los del norte de Europa, mantienen su explicación. De hecho, me ha sucedido incluso que un médico me ha dicho directamente "bueno, algún moro se habrá colado por la frontera en tu caso, porque ni los moros ni los negratas son capaces de digerir la lactosa, y en el sur de Europa hay mucha mezcla".

Ciertamente también podría ser mi genética la causante de que yo carezca de esa mutación mayoritaria en el Estado español y en Dinamarca. Pero existen otros motivos para no digerir la lactosa, desde enfermedad de Crohn hasta celiaquía. Si yo fuera una persona de etnia mayoritaria en este país, si se me viera como blanque y como danese, en ningún momento se escribiría en mi historial médico sin realizar un análisis genético de mi sangre que el motivo de mi intolerancia a la lactosa es genético. De hecho, se me haría pasar por toda una serie de pruebas para comprobar que no se trata de un efecto secundario de alguna condición del intestino. Se consideraría un factor preocupante sobre todo teniendo en cuenta otros aspectos de mi historial médico y se dudaría hasta el infinito antes de acabar teniendo que suscribir el origen genético de mi intestino diferente tras la confirmación de las pruebas de laboratorio si la hubiera. Pero no, resulta que a mí no hace falta construirme como blanque, y por tanto mi intestino es por adelantado diferente. Es mi raza. Mi genética. Por consiguiente, sin ninguna base médica para escribirlo, aparece mencionado en mi historial por todas partes.

Y ya para acabar quiero mencionar que investigando para escribir este artículo me he tropezado sin buscarlo con foros de neonazis en los que se discute la tesis del origen ario de la persistencia de la lactasa. Y de ahí he ido a parar a algunos documentos históricos que hablan de la promoción del consumo de leche en la Alemania nazi tal vez como expresión antisemita en un intento de separar a les que consumen dietas kosher.

Bien es conocida la expansión de la ideología nacionalsocialista a Dinamarca, también en cuanto a su alimentación. Por ejemplo en la promoción del pan de centeno. Nada me extrañaría que el origen de la obsesión con la lactasa en este país provenga de aquel momento.


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5 de marzo de 2014

Paseando por las calles de Nørrebro

Uno de los barrios de Copenhague con menos daneses de etnia mayoritaria es Nørrebro. Tal vez por eso, no resulta muy difícil encontrarse alguna bandera privada en la fachada de los edificios colgando de la ventana de algune asustade. No vayamos a olvidarnos por un minuto de que estamos en Dinamarca. 




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24 de febrero de 2014

McDonald's a la danesa

La necesidad de promoverse como algo danese aquí afecta hasta a una de las multinacionales más uniformes del mundo: McDonald's. Sus anuncios aquí no promueven que la comida sepa bien, que sea sana, que sea barata o cualquier otro de los reclamos que utilizan en otros países. Aquí saben que si quieren vender, necesitan promoverse con lo que importa de verdad: la danesidad. Así la ciudad está empapelada de McDonald's a la danesa. Es decir, McDonald's que venden porque sus huevos son daneses




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19 de febrero de 2014

Pepinos nacionalistas

Pocas cosas comestibles crecen en este país. La mayor parte de las frutas y verduras que se consumen son importadas del sur de Europa, de África, Latinoamérica y Asia. Por lo general no está muy detallado el lugar de origen. A no ser, por supuesto, que el producto sea danés. Entonces no cabe duda. Estos pepinos nacionalistas aparentemente son mejores, y por ello más caros, que los no abanderados de las cajas un metro más allá. 





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13 de febrero de 2014

¿Pastel de cumpleaños, alguien?

Paso una tarde de cumpleaños en una casa danesa. Gente que conozco. Una familia no especialmente nacionalista ni conservadora. De hecho entre les invitades somos varies no nacides en Dinamarca. Llega el pastel. ¿Alguien quiere? Sí, pastel abanderado, cómo no. A mí se me quitan las ganas. Pero a les demás no. Están acostumbrades. Les parece bonito, tradición, normal.





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6 de febrero de 2014

Una calle casi cualquiera

Para ilustrar el tema del que hablo en esta entrada anterior, voy a empezar poniendo una serie de fotos de una calle cualquiera. O casi. Esta calle hace ya más de 10 años me llevó a realizar esta reflexión sobre la obsesión escandinava con recordarte el lugar en el que estás. Se llama Amagerbrogade, y es una calle de Copenhague, en la isla Amager. La calle más grande de ese barrio. El trozo que voy a mostrar es un ejemplo que parece extremo, pero en realidad no se trata de una calle nacionalista ni un lugar que les daneses asocien con extremismo. De hecho, cada vez que he contado esta historia, nadie ha sabido a qué lugar exacto de la calle me refería. 


Las fotos como tal vez se puede ver las he sacado de Google Maps. Podéis ir vosotres mismes y comprobar que lo que digo es cierto.

El trozo en concreto que voy a mostrar es Amagerbrogade 73 a 95 y solo una acera. Es de lo más ilustrativo.



Pues bien, como ya podéis ver en la imagen de la acera que he puesto arriba, ya se pueden ver las banderas y DAN-algo.



Lo primero, una tienda de cocinas decorada con banderas.


Justo al lado, una tienda de cambio que se llama DAN EXCHANGE. Por si acaso desde el paso por las banderas de al lado ya se te había olvidado.


Otra vez, la tienda que está justo al lado también tiene banderas. En este caso es una ferretería. Aquí también han llenado todas las ventanas con pegatinas de banderas. La justificación: aparentemente la tienda tiene cumpleaños y ya se sabe que un cumpleaños danés sin una bandera danesa no es un verdadero cumpleaños.


Y después del portal, una tienda de ropa que se llama DANSK, es decir, DANÉS. Con los colores, las banderas, y toda la parafernalia, faltaría más.


Dos tiendas más allá nos encontramos con una sucursal de la funeraria más grande, que se llama, de forma muy original, Begravelse Danmark. O sea, Entierro Dinamarca.


Por suerte esta vez la tienda de al lado, RØDE KORS DANMARK, o sea, CRUZ ROJA DINAMARCA, ha evitado poner el nombre. Pero cualquiere danese ve el nombre sin tener que leerlo con ver el símbolo en una tienda de cosas de segunda mano. 

Justo a continuación una de esas tiendas que no lo pone en el nombre pero que utiliza los colores rojo y blanco. En este caso también es de ropa.


Un poco más allá otra tienda, esta vez de electrodomésticos. Y sorpresa sorpresa, un par de banderas para recibirnos. Y fijaos en los colores del logo...


Se acaba la manzana, pero no hay que temer, porque la siguente empieza igual, con una empresa de seguros que se llama, también muy originalmente, TopDanmark (TopDinamarca), y en la segunda manzana empieza con un banco privado que se llama Danske Bank (Banco Danés).




Este es el fondo en el que se pintan las vidas de les daneses cada día. Y luego alguien todavía se sorprenderá de la insistencia en definirse como nación.


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No te creas que te vas a olvidar de dónde estás

A une visitante un poco observadore, en este país le debe de dar la impresión de que existe un temor hacia que te olvides de dónde estás. Y es que aquí  (y en Suecia y en Noruega lo mismo de lo mismo) es imposible pasar una hora sin que alguien o algo haga referencia a la nación, la nacionalidad, el país, la región, el idioma o similares. 

Casi me atrevería a decir que es imposible salir aquí a la calle sin encontrarte con algo que incluya las sílabas DAN-, SKAN- o NORD- (es decir, el inicio en danés de las palabras Dinamarca/(idioma) danés/danese y Escandinavia/escandinave y nórdique/norte), que sea rojo y blanco (como la bandera) o que directamente tenga una bandera. Desde luego que es imposible abrir una página de un periódico o una revista sin tropezarte con una mención nacionalista innecesaria o un logo de una empresa que casualmente se llama DAN-lo-que-sea. Y en la televisión no digamos. En cuanto a las conversaciones de cada día, tampoco me parece muy probable que te den más de un ratito para recordarte dónde estás.

Helle Thorning-Schmidt en Fælledparken
recordándonos que estamos en Dinamarca
El asunto es que la mayor parte del tiempo no es consciente, con lo que tampoco es algo que puedas mencionar y esperar una compresión por parte de tu contertulie, y menos todavía que deje de suceder. Aquí para hablar no se dice personas o habitantes o el país. Aquí se dice daneses y Dinamarca. Y punto.

Para ejemplo valga este experimiento que llevé a cabo hace un par de años escuchando a Helle Thorning-Schmidt (la Primera Ministra) leer su discurso del día 1 de mayo en Fælledparken. En 8 minutos nombró Dinamarca, danés, danesa, daneses y danesidad nada menos que 117 veces. Pero lo peor es que no es un caso extremo. Si te vas a personas, partidos u organizaciones más radicales en cuanto a su nacionalismo y su xenofobia-islamofobia-racismo, este uso deja de ser inconsciente. Es sin duda una repetición casi diría que performativa (en el sentido butleriano) para (re-)crear la nación y su danesidad.

Por lo tanto, he decidido que voy a publicar en este blog también fotos de lo que yo vivo cada día como un nacionalismo exacerbado y nauseabundo que insiste en crear un nosotres y elles por medio del lenguaje, las imágenes, los símbolos.


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10 de enero de 2014

Racismo, xenofobia e islamofobia online, no solo en los foros neonazis

Une de mis antigues colegas de trabajo y "amigues" en Facebook es xenófobo y racista de forma casi abierta. Es decir, oficialmente y en grupos amplios dice que por supuesto que no lo es, pero luego sus comentarios lo son tan claramente que tiene que iniciarlos con un "y luego dirán que es por racismo pero..." o "que me acusen de lo que quieran pero..." o el desgastado "no soy racista pero...". De forma privada, no obstante, sí reconoce ser racista. De hecho, trabajando juntes en una discusión más que acalorada llegó a decírmelo literalmente: "soy racista, no me gustan les negres, ¿y qué?".

Este tipo es hiperactivo políticamente. En teoría hace política LGBT, de hecho desde una posición alta dentro de las organizaciones, pero en la práctica lo que hace más bien es utilizar su puesto para propagar sus ideas xenófobas, islamófobas y racistas, que cada vez se están extendiendo más por el ambiente LGBT, si es que no era suficiente con el mal rollo que había ya. Aqui el homonacionalismo triunfa sin oposición visible.

Dinamarca para les daneses
Aunque he cambiado las opciones en Facebook 1000 veces para que sus comentarios no aparezcan en mi muro, Facebook insiste en mostrarme su actividad en la barra lateral. Por lo general intento ignorar lo que escribe, pero ayer el comentario que vi me revolvió tanto las tripas que hice click para ver el foro en el que lo había publicado. Y, desgraciadamente tengo que decir que casi sin sorpresa, me encontré en un foro de personas con ideas neonazis publicadas de forma abierta (y esvásticas) con nada menos que 329 miembres. Y casi todes hiperactives y todes llenes de odio.

La lista de burradas que vi, algunas dirigidas a personas exactamente como yo, es decir, inmigrantes, europees, supuestamente blanques pero vistes como marrones, del sur, es para echarse a temblar. La lista de burradas que vi dirigidas a personas todavía más desprivilegiadas en su posición en la escala racista, es directamente para ser denunciada. 

Dansk Folkeparti usa
como eslogan "tu país, tu decisión"
Por supuesto, ese foro enlazaba con otros foros similares y con, cómo no, Dansk Folkeparti, el segundo partido más grande de Dinamarca, el partido racista y xenófobo que poco a poco va avanzando hacia el poder y contra el que llevo escribiendo años. De hecho, casi todes les participantes en todos esos foros y grupos afirmaban votar a DF y alababan sus políticas e infinitas citas sacadas de la prensa. El foro neonazi también enlazaba con otros foros no neonazis, sino solo de gente que tiene ideas muy comunes en este país, ideas xenófobas, islamófobas y racistas.

¿Queréis ejemplos? Vale. Esto sacado de un foro supuestamente no neonazi, sino de gente cualquiera como Garcías y Pérez: "a todos y cada uno de esos inmigrantes del sur que vienen a Dinamarca había que meterlos en un ghetto, construir un muro de 8 metros alrededor, y dar metralletas y acceso libre a los daneses para que suban a las torres de vigilancia y que practiquen su puntería disparando". Con decenas de "me gusta". Con decenas de comentarios similares debajo. Con miles de entradas en el foro de carácter similar. Imaginad pues la retórica de los grupos abiertamente neonazis.

El clima de racismo que se respira aquí es asfixiante. Pero lo que es peor es que no hace falta irse a esos foros extremos. La misma mierda embadurna tode.

Para todes aquelles que leéis mi blog y me escribís por aquí, o en privado, o lo que sea, diciéndome la típica cantinela de que exagero, de que en Dinamarca no hay racismo, de que les europees no son mal vistes aquí, de que a les daneses les gustan les españoles y les hispanes y demás estupideces, os invito a buscar más información antes de seguir con lo mismo. Lo primero que deberíais hacer es aprender el idioma para poder valorar el tono y el vocabulario con los que se dicen las cosas, además de entender lo que va entre líneas. Después os invito a que os paseéis por cualquier página en danés en la que se hable de política, de noticias, de economía, de educación, de religión, de cultura... Vamos, casi por cualquier página que tenga la posibilidad de comentar. En realidad ni siquiera hace falta leer los comentarios. Y ya no os digo que sea por Ekstra Bladet (el periódico más vendido, sensacionalista y vomitivo) og los blogs de Dansk Folkeparti. Con abrir cualquier periódico, cualquier revista, cualquier canal o cualquier web es suficiente. 


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